La afición de este joven por los idiomas surgió a raíz de su
gusto por la música hip-hop de Israel, gracias a la que escuchaba temas en
hebreo y ése fue el primer idioma que aprendió. "Me di cuenta de que solo
memorizando letras y repitiéndolas a la gente era capaz de formar nuevas
frases. Después de seis meses así, para mí comenzó a ser más fácil entablar
conversaciones fluidas, solo con las palabras que había aprendido de las
canciones", asegura.
A medida que ganaba conocimientos, iba subiendo sus vídeos a
Youtube y pronto despertó la curiosidad de expertos lingüistas. El gran número
de comentarios y mensajes de ánimo le animaron a continuar con su trabajo, para
el que se sirve de libros y aplicaciones en su iPhone.
Timothy asevera que internet ha sido una herramienta de
enorme valor en su ejercitamiento porque le ha permitido hablar con gente de
todo el mundo. "Es genial. De hecho, puedo sentarme en mi ordenador,
acceder a mi sesión y, sentado en mi habitación en Nueva York, es posible estar
en contacto con más de cien personas de cualquier parte", esgrime. Y precisamente
el hecho de vivir en la ciudad de los rascacielos se ha convertido en un punto
a favor más de su proceso autodidacta, ya que la mezcla de nacionalidades hace
que sea el lugar perfecto para que un políglota pueda poner en práctica el
saber adquirido”.
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