Nos hacemos eco en esta entrada de una publicación de Nieves Enríquez que nos ofrece algunas ideas para poner en práctica en nuestro primer día de clase. Adaptándolas a la lengua y nivel correspondiente. Esperamos que les sea de utilidad...
Actividades que funcionan en un primer día de clase
Ya hemos dicho en nuestro anterior artículo "Aterrizando en un primer día de clase" que íbamos a empezar por el principio, y el principio es CONOCER NUESTROS NOMBRES.
1. LA PELOTA.
Tanto en mis clases con alumnos extranjeros como en los cursos de formación a profesores que imparto, siempre empiezo con esta actividad. Por varias razones: el hielo se rompe muy fácilmente, los alumnos empiezan a mirarse, a relacionarse entre sí y en mi caso, con la cabeza que ya tengo, es lo único que me hace memorizar los nombres desde el primer momento. Estaréis de acuerdo conmigo en que no es lo mismo decir, “a ver, TÚ” que “Dime, Mohammed”. Nuestro nombre nos suena “a música celestial”.Entonces… Cogemos una pelota y hacemos que el grupo se coloque en círculo (para ello habremos separado previamente mesas y sillas). Primero digo mi nombre y paso la pelota al estudiante de la derecha para que diga el suyo, así hasta que la pelota vuelve a mí.
El objetivo es que los alumnos se presenten y retengan los nombres de sus compañeros.
Ahora variamos la dinámica: tiro la pelota a un estudiante al azar y digo su nombre. Él o ella hacen lo mismo con otro estudiante; es decir, tiran la pelota y dicen el nombre del alumno que la recibe.
La dinámica debe ser rápida y la haremos continuar hasta que todos o la mayoría sepan los nombres de sus compañeros. Yo me pongo el “barómetro” en mí: si ya me he aprendido la mayoría de los nombres bien, es que la práctica empieza a ser cansina.
Tiempo: Cinco o seis minutos para 10 o 15 estudiantes, está bien.
¡Objetivo conseguido!: los alumnos han interactuado, se han movido y ya sabemos cómo nos llamamos todos. Para un primer día está fenomenal.
Nos sentamos con otra cara, hay una sonrisa dibujada y posiblemente ya estaremos diciendo algo al de al lado.
¡A tener en cuenta!
- Algunos nombres pueden resultar difíciles de pronunciar y de memorizar. Una vez terminada la dinámica, llevaremos esos nombres a la pizarra para que logremos pronunciarlos lo más adecuadamente posible. A mí en Inglaterra a veces me llamaban algo que sonaba a “nervous”, y la verdad es que me daba una rabia horrible.
- Valorad el colocar la clase con las sillas en semicírculo. Tiene muchas ventajas, entre las cuales está el que existe un espacio en el centro de la clase, sin mesas ni sillas que estorben para nuestras dinámicas en el aula. Si es completamente imposible, y la única forma es que los alumnos miren la nuca del de delante, será más difícil imprimir VIDA en nuestras sesiones. Pero, bueno, “siempre hay que hacer lo mejor con lo que tenemos”.
Niveles: Todos.
2. EL TRÉBOL.
Una vez sentados, queremos que cada uno de los alumnos se presente al resto de la clase y nos cuente cosas: ¿de dónde es?, ¿dónde vive?... y también aporte, si así lo desea, información más personal como sus gustos, lo que hace en su tiempo libre, cómo se siente, qué espera del curso, etc.Para que resulten más dinámicas estas presentaciones y que, a la vez, se consiga el objetivo de que se vayan conociendo y relacionando entre sí, a mí gusta organizar a los alumnos en parejas y que cada miembro de la misma presente a su compañero/a, en vez de que se presente a sí mismo. También es otra forma de ir rompiendo el hielo.
Para que sirva de motivación y de inspiración, entrego una hoja con un trébol de cuatro hojas, con mariquita y todo (para empezar con buen pie, ¿no dicen que da buena suerte? ¡Pues que no sea por falta de talismanes!). En cada una de las hojas del trébol está escrito el inicio de una frase que corresponde al nombre de la persona, a su trabajo y a lo que espera del curso. La “cuarta hoja” la dejo para que el alumno realice al compañero/a una pregunta libre.
Las preguntas son una guía, un guión al que se pueden ceñir o no. Podemos dar esas preguntas u otras, o ningunas, y que sean los propios alumnos los que pregunten lo que desean a sus compañeros sobre sí mismos.
A mí me gusta, dependiendo del nivel del grupo, proponedles una pregunta más que es: ¿en qué os consideráis “especiales”? ¡Toma ya! Me gusta comprobar lo complicado que nos resulta muchas veces encontrar algo que nos diferencia de los demás, tampoco tiene que ser una cosa absolutamente extraordinaria, pero sí alguna cualidad, algo que hayamos hecho, alguna cosa que nos guste de nosotros. Me encantan las respuestas (cuando se dan, que no es siempre). Yo suelo poner el ejemplo de que “he montado en globo o en elefante” (bueno, no todo el mundo va por ahí montando en globo o en elefante, ¿no?).
Tiempo: Les damos unos 10 minutos para que hablen sobre sí mismos y luego pongan la información en común (un minuto hablando cada persona es suficiente para que no se alargue demasiado). De todas formas, seremos flexibles si se crea buen ambiente.
Para que todos estén atentos, les digo que, al final, voy a hacer dos o tres preguntas sobre la información que han dado los compañeros: ¿a quién le gusta tocar la batería? ¡A John!; ¿quién es de Turquía? ¡Berk!; ¿quién ha subido al Everest? ¡Nadie!...
Otra cosa, es coger notas de los aspectos que nos parezcan más relevantes de cada alumno/a. Si a alguien le gusta la interpretación, dibujar, cantar, bailar… son cosas que durante el curso podemos rentabilizar de muchas maneras (Ya os contaré…).
Y, por último, nos presentamos nosotros, recordando hablar también de algunas cositas más íntimas, alguna cosillas que nos tocan un poquito el corazón.
¡Objetivo cumplido!: se han relacionado, todos han participado y ya sabemos un poco más sobre los miembros del grupo.
Niveles: Todos, excepto el principiante absoluto o un nivel A1 muy bajo. Y recordad, que hay que ADAPTAR las actividades a los grupos que tenemos, siempre.
3. LA ESTRELLA.
Es una actividad muy conocida, pero no por ello, menos válida. Al revés, es muy sencilla y gusta siempre mucho.Dibujamos una estrella en la pizarra o la proyectamos. En cada una de las puntas de la estrella escribimos una información que se refiere a nosotros mismos.
Aquí tenéis un ejemplo de “estrella” correspondiente a información sobre mí misma.
Les digo que tienen que adivinar a qué se refiere cada una de esas informaciones. Pongo un ejemplo: ¿Nieves?, ¡tu nombre!, ¡Bien!; ¿38?, ¿tu edad?, ¡qué va, no, ojalá!, ¿el número de tu casa?, ¡No!... (es mi número de zapato)…
Tened muy en cuenta el nivel de los alumnos. Se trata de que adivinar la información les resulte lo más sencillo posible. El objetivo hoy no es evaluar sus conocimientos de español, es que se empiece a hacer grupo, a crear un buen ambiente.
Recordad añadir algunas informaciones que puedan resultarles divertidas o curiosas.
Una vez que han adivinado todas esas informaciones o datos correspondientes a nuestra vida, les pasamos el testigo a ellos.
Continuamos con las mismas parejas o cambiamos, como lo valoréis.
Cada miembro de la pareja, en un folio, dibuja su estrella con las informaciones que quiera compartir. Siempre les digo que no sean demasiado difíciles (por lo menos, cuando son extranjeros y el nivel es todavía bajito).
Recuerdo que una vez, en un curso de formación de profes de español, una alumna escribió el número de la lotería de Navidad de su asociación. Su compañera se pasó un buen rato para adivinarlo, pero luego, cuando compartieron la información, nos reímos mucho. ¡Además, vendió varios décimos en clase! ¡Qué lista!
Para terminar, ponen en común algunas informaciones del compañero que les hayan resultado interesantes, curiosas. Tampoco todo, para que no se alargue demasiado la actividad (esto también dependerá del número de alumnos que tengáis).
Tiempo: 10/15 minutos.
Niveles: Todos, excepto principiante absoluto o nivel A1 muy bajo.
Posición del profesor: Mientras están haciendo la actividad, os recomiendo pasear por las mesas, más que nada para cotillear un poquito o por si tienen alguna duda.
4. EL CUESTIONARIO.
Esta dinámica es una variante de “la estrella”. La diferencia es que nosotros les damos a los alumnos las preguntas a las que queremos que respondan.Yo la suelo utilizar a partir de niveles A2 o B1 para que los alumnos puedan entender bien las instrucciones, aunque ya sabéis que “una imagen vale más que mil palabras”, por lo que os sugiero DEMOSTRAR más y hablar lo justo en la instrucción.
Les digo a los alumnos que se coloquen en parejas y les doy una hoja. Cada uno de ellos tiene una hoja diferente (hay un modelo de preguntas para el alumno A y otro, para el alumno B. La parte de arriba de las figuras es igual para los dos).
Yo he dibujado estas figuras geométricas porque soy un muy fan de la estética y de lo visual, pero podéis perfectamente hacer cuadrados, rectángulos o simplemente líneas para que escriban las respuestas; incluso os diría, numeradas del 1 al 9 para que les resulte lo más sencillo posible comprender esta dinámica.
La cuestión es que el alumno A deberá responder a las preguntas que tiene en la parte de abajo de la página y escribir sus respuestas dentro de las figuras de la parte de arriba, tal y como se le explica. Y el alumno B contestará a las suyas, que son diferentes.
Avisadles de que no pueden mirar lo que escribe su compañero/a.
Una vez que hayan contestado a todas las preguntas, demostradles cómo deben doblar la hoja por la mitad y enseñar a su compañero/a solo la parte de las informaciones que han escrito (la parte de las figuritas).
El objetivo de la actividad es, como en “la estrella”, que adivinen a qué se refieren todas esas informaciones.
Si el alumno A ha escrito “gazpacho” en la comida que no le gusta, por ejemplo, el compañero B tendrá que adivinar que “gazpacho” es una comida que ¿te gusta?, ¿es tu comida preferida? ¡No!; ¿es una comida que no te gusta? ¡Sííííí!
Las preguntas podemos y debemos ADAPTARLAS al nivel de los alumnos y a las características del grupo.
Seguimos cumpliendo el objetivo de que se relacionen, de que hablen entre sí y luego de que comenten lo más curioso o divertido a sus compañeros de clase. En fin, el objetivo de que todos vayan conociéndose.
Tiempo: 15 minutos.
Niveles: A partir del A2.
Posición del profesor: Paseando entre las parejas, por si les surgen dudas con la mecánica de la actividad.
El-cuestionario---copia.pdf
5. BUSCA A ALGUIEN QUE…
¡Es otra de mis actividades favoritas! La podéis utilizar para una infinidad de cosas. Ahora vamos a rentabilizarla para levantar a las personas de sus asientos, que llevan ya casi una hora sentadas, y moverlas un poquito por la clase. También, lógicamente, para cumplir con el objetivo marcado de ir haciendo grupo y creando un ambiente afectivo donde el alumno se sienta seguro y en confianza para asumir retos, y no tener tanto miedo a cometer errores.Descubrí esta fabulosa dinámica en un libro de inglés de los años 90. ¡Figuraos! Es muy versátil; como os digo, iremos viendo sus múltiples usos.
El objetivo de la actividad es que los alumnos busquen en la clase a personas que respondan afirmativamente a los enunciados que les damos.
“Busca a alguien que… tenga dos hermanos”; “Busca a alguien que… hable tres lenguas extranjeras”, etc. Cuando el alumno encuentre a alguien que le responda que tiene dos hermanos, escribe su nombre; sigue preguntando y si encuentra a alguien que habla tres idiomas, escribe su nombre. Así hasta completar todos los enunciados con nombres de sus compañeros/as.
Me vais a decir: “si ya, pero esta es una actividad donde se está utilizando el subjuntivo, es complicada para un curso bajito”. La verdad es que “No”. Si los enunciados son sencillos, los estudiantes tendrán que hacer preguntas como ¿hablas tres idiomas?, ¿eres holandés?, ¿tienes cuatro hermanos?, etc. Es decir, preguntas de un nivel A1.
Truquito: Si os sentís más cómodos sin el “temido” subjuntivo, en vez de “Busca a alguien que…”, cambiad la pregunta por “QUIÉN…” (quién… tiene dos hijos, o cuatro nietos, o quién… es polaco, etc.), y problema solucionado.
Insistid en que no tienen que hacer el cuestionario a una persona concreta, sino que se trata de que hablen con el mayor número de personas posibles.
Aparte de la motivación de la propia actividad en sí, podéis añadir el elemento “competición” diciéndoles que el primero que termine con la lista tiene premio (los lacasitos a estas horas son muy bien acogidos).
Al final, cuando alguien termine, se pone en común la actividad y es realmente estupendo ver el ambiente que hemos creado en 5 minutos. Todos quieren hablar, todos quieren aportar información, todos están risueños y encantados.
Funciona bien el escribir alguna pregunta cuya respuesta sea más improbable ya que da bastante juego por dos cosas: va a ser una persona difícil (o imposible) de encontrar por lo que tendrán que hablar con todos y al final, va a resultar algo curioso y divertido que compartir: una persona que hable cinco idiomas, o que tenga más de cinco hijos, o más de tres nietos… por poner algunos ejemplos.
Tiempo: 10/15 minutos.
Niveles: Para ir más sobre seguro a partir de un A2. Pero un A1 lo podría también hacer si no son principiantes absolutos y trabajamos bien las instrucciones.
Posición del profesor: Puede estar perfectamente implicado en la actividad como uno más respondiendo también a las preguntas de los alumnos, o puede responder si alguien le pregunta algo y mantenerse un poco al margen controlando que la actividad se desarrolle de la mejor manera.
Busca-a-alguien-que.---copia.pdf
Con estas cinco dinámicas os aseguro el éxito en vuestro primer día de clase. Un poquito más adelante, os hablaré de algunas otras actividades adecuadas para que todos vayamos conociéndonos.
Y tú, ¿nos quieres contar alguna actividad que te funcione en los primeros compases del curso?
Gracias por compartir.
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